Por qué la novela romántica no es novela rosa

Por qué la novela romántica no es novela rosa_Apuntes literarios de Paola C. Álvarez



Que vaya por delante que no me he sentido aludida en ningún momento. Tampoco ofendida. Simplemente me frustra y me entristece como lectora y escritora de género romántico, sobre todo cuando alguien a quien sigues y admiras hace afirmaciones como que la «novela rosa» es para «mentes sencillas», que no hay que tener miedo a llamar a las cosas por su nombre o que tenemos que «dejar de ver en el espejo una visión distorsionada» aceptando lo que en realidad somos (esto último refiriéndose a los que dedicamos nuestro tiempo a escribir este género).

 
Todo esto viene a cuento de un artículo de la autora Mercedes Pinto, donde cataloga al género en cuatro grandes grupos: novela romántica (refiriéndose a la época histórica del romanticismo), novela rosa, erótica y pornográfica. No voy a poner el enlace aquí, si alguien tiene interés en leerlo solo tiene que asomarse a su muro de Facebook y buscarlo.
 
Todo evoluciona. La literatura del romanticismo también. Sería absurdo que no hubiera sido así puesto que la sociedad cambia constantemente (o involuciona, pero ese es otro tema); el amor y las relaciones se viven y se entienden de manera diferente. Jane Austen es la autora romántica por excelencia, no solo porque sus obras estén dentro del periodo del romanticismo, sino porque sus historias cumplen todos los parámetros de la novela romántica, incluido el sempiterno final feliz, y no creo que nadie se atreva a cuestionar su importancia dentro de la literatura universal.
 
Efectivamente, nadie se atrevería a catalogar a las obras de Jane Austen como «novelas rosas», pero estoy segura de que las de Marisa Sicilia, Anna Casanovas o Nuria Llop, por citar algunas, tampoco. Es un término obsoleto y completamente peyorativo que siempre se ha usado para ningunear la inteligencia de las mujeres. No se trata de machismo o feminismo, es una simple realidad con la que hemos tenido y todavía tenemos que convivir desde que las mujeres empezamos a reclamar nuestro lugar en el mundo.

La gran mayoría de la gente lee ficción para entretenerse, evadirse o por simple y llano placer. La romántica es el género de entretenimiento para mujeres por excelencia y como tantas otras cosas también ha sido usado por esta sociedad paternalista para menospreciarlas. Lo cierto es que una se cansa de reivindicar un sitio para la romántica y de defender las lecturas que nos gustan sin que se nos diga que es para «mentes sencillas», término que puede interpretarse de muchas maneras.

En todos los géneros se publica mierda, en romántica también, a raudales; novelas que, como bien dice Mercedes en su artículo, no van más allá de personajes estereotipados con diálogos vacíos y mucho sexo, de hecho hablé sobre la pérdida del romanticismo en la romántica actual hace no tanto, pero meter a todo un género en el mismo saco o decir que solo son románticas las obras del siglo XIX, me parece, cuando menos, desfasado.
 
No tengo mucho más que decir. Para terminar os recomiendo este magnífico artículo que Raquel C. Pico escribió para Librópatas hace justo un año sobre los prejuicios que suscita la romántica. Invito a todo el mundo a leerlo porque nunca había visto una defensa tan bien documentada de alguien que se considera a sí misma una conversa.
 
Os espero en los comentarios con el respeto de siempre. 
 

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14 comentarios en “Por qué la novela romántica no es novela rosa”

  1. Hola, Paola
    Es muy difícil que la romántica de calidad tenga un sitio o sea juzgada de otra forma cuando se publica lo que se publica y con la calidad que se publica. Y hay un problema con el lector medio que traga lo que sea. Por eso, la gente se puede permitir hablar así de la novela romántica sin despeinarse. Porque hay un problema de base y, desgraciadamente, todas las lector@s y autor@s van al mismo saco.
    Muy de acuerdo con todo lo que dices, ya sabes 🙂
    PD: También existe cierto sector de escritores que se dedican a mirar por encima del hombro a quien escribe romántica, eso tampoco hay que olvidarlo…

  2. ¡Gracias, Lidia! No todo en la literatura es arte y es verdad que en romántica (quizá porque a priori puede parecer fácil de escribir y todo el mundo se anima aunque no sepa) hay mucha morralla. De todas formas, hay que actualizarse un poco, que las mujeres de hoy en día tienen muchos intereses y no solo leer el Hola.

  3. Gracias por la mención, Paola. Leí el artículo de Mercedes y tampoco me di por aludida porque no considero que escriba novela rosa. Estamos siempre a vueltas con lo mismo y tiene mala solución. Es cierto que esa clase de novelas, no ya sencillas o de evasión, (que no tengo nada contra ninguna de las dos calificaciones, no es tan fácil escribir novelas sencillas y no se me ocurre qué pueda tener de malo la evasión) sino las poco cuidadas, las llenas de estereotipos y comportamientos que suponíamos superados, las que se hacen como fotocopias y sin embargo venden como churros, contribuyen a que el género siga teniendo la mala fama que arrastra desde siempre.
    Es igual de injusto descalificar a una novela o una autora porque tenga la etiqueta de Romántica que creer que todo lo que lleve el sello de Narrativa o Suspense va a ser una maravilla. Diría que lo mejor es afrontarlo por el lado positivo y tomarlo como un reto: demostrar que lo hacemos tan bien como cualquiera sin excusas ni complejos. Yo estoy por apostar por ese camino 😉
    Un abrazo.

  4. El cambio empieza en nosotras, lo he dicho siempre. Tenemos que tener un poco de orgullo por el saber hacer, por aprender y seguir creciendo como autoras. Estoy de acuerdo contigo en que no tiene fácil solución, pero bueno, ahí seguiremos, intentándolo.
    Un beso muy grande, Marisa.

  5. Estoy de acuerdo contigo y también con Marisa. Me parece injusto poner etiquetas y calificar de malo todo lo que venga de un determinado género. Sé que hay motivos: esas novelas poco cuidadas, llenas de estereotipos, y yo voy más allá, llenas de machismo. Pero no es normal que cada vez que nos señalan piensen en nosotras como aburridas mujeres que sacan sus ideas de sálvame y otros esperpentos parecidos. Yo creo que por más que lo intentemos y trabajemos en ello, siempre será igual, y solo las pocas que consigan quitarse la etiqueta tendrán alguna oportunidad de ser respetadas.

  6. Se puede decir más alto pero no más claro. Cuando yo comencé a leer romántica, al principio de la adolescencia, el término novela (o novelita) rosa era el normal para referirse a este tipo de género. Ahora, salvo algún o alguna arcaica desfasada (como la susodicha, paso hasta de poner su nombre), todo el mundo habla de género romántico. Y sí, hay mucha morralla, pero cada vez encuentro en el género más novelas de calidad y, digan lo que digan y que chinche quien tenga que chinchar, a día de hoy es el género más vendido. También puede deberse (y esto es una apreciación mía pero seguro que la estadística lo confirma) a que, a día de hoy, el público femenino lee más, y no el Hola precisamente. Si a alguien le fastidia que se venda tanto este género, que cada día surjan más autoras de calidad y les bajen sus ventas, pues que digan lo que quieran, pero razón no llevan y cada vez menos gente les cree. Yo pondré, por lo que me toca, mi granito de arena para mejorar el género y aportar mi particular punto de vista. Y me da que no voy a ser la única. Lo que más me fastidia de todo esto es que las propias mujeres nos pongamos la zancadilla, a estas alturas…

  7. Así que la que ha indignado a tantas autoras de romántica es Mercedes Pinto. Me habían llegado comentarios, he visto alusiones veladas en Facebook, pero eres la única que le ha puesto nombre a la persona.
    Hace siglos que no sigo a esta señora, porque no es la primera vez que la veo meterse en estos jardines y hablar con cierto tono despectivo sobre determinados géneros. Vaya todo mi respeto hacia sus opiniones, pero no las comparto.
    La romántica siempre se ha enfrentado a ese desprecio de tufo machista que trata de pisotearla. «Cosas de mujeres», ya sabes. Pero ahora se enfrenta a un problema mucho mayor: los cientos de autoras que nacen cada día, que escriben verdadera basura y que se publicitan sin pudor, convirtiéndose en las más vendidas y lanzando a las catacumbas a autoras que escriben de lujo. De ese modo se convierten en el escaparate de la romántica y no ayuda. Menos ayuda que algunas editoriales publiquen a estas autoras porque saben que tienen un gran número de seguidores. Y ahora que editoriales de renombre como Planeta o Random House tienen su propia plataforma de autopublicación, al más puro estilo Bubok (o eso me ha parecido al verlo), imagínate.
    Todo esto da material suficiente a quienes desprecian el género para seguir criticándolo. Pero, en mi opinión, no hay que hacer caso. Dedicar nuestros esfuerzos a los lectores de calidad y punto.

  8. Tal y como yo lo veo, el problema fundamental es la enorme cantidad de publicaciones poco cuidadas, ya no solo en cuanto al contenido sino a la forma: sin corregir, sin maquetar, con cubiertas horteras… Pero independientemente de eso, que a estas alturas de la historia, donde se supone que somos de mente abierta, cultos, solidarios y empáticos, seguir tachando a las mujeres que leen romántica como amas de casas insatisfechas es… denigrante.
    Gracias por pasarte por aquí! Un abrazo muy fuerte.

  9. Que la romántica es uno de los géneros más vendidos es un hecho. ¿Puede ser ese un motivo para que se la esté atacando continuamente? Tal vez, lo que es verdad es que las mujeres hemos evolucionado y hemos luchado mucho para que se nos tenga en cuenta para permitir que se nos menosprecie por nuestras lecturas.
    Gracias por pasarte, Ascen. Un besico 🙂

  10. Hola, Mery!! Yo siempre voy de frente y dar una opinión sobre un artículo público con respeto y educación no debería levantar ninguna polémica, por eso decidí poner el origen de la entrada. Sigo a Mercedes Pinto desde hace mucho tiempo, algunos de sus artículos me han parecido muy inspiradores en momentos de inseguridad, pero esta vez creo que se ha equivocado.
    Solo hay que darse una vuelta por las listas de los más vendidos para ver que lo que predomina no es precisamente algo de lo que sentirse orgulloso. La falta de autocrítica es de vergüenza. Estoy de acuerdo con lo que dices de que eso da pie a que se critique al género, pero ¡leche!, también hay calidad, mucha, por eso me parece muy injusto hablar con ese menosprecio sobre los que escribimos y leemos romántica.
    Muchísimas gracias por dejar tu opinión, un besico.

  11. Poco más puedo añadir a todo lo que habéis dicho ya sobre el tema. El problema es y seguirá siendo la facilidad que hay hoy para publicar. Que no exista un filtro de calidad hace que todo el que se encuentre aburrido en casa escriba un libro solo por sacarse un dinero, sin el menor cuidado en que su novela quede en condiciones, sin corregir, maquetar y esas portadas que producen dolor de ojos al verlas, como comentabais antes, sin embargo, son los que, paradójicamente, consiguen que sus libros tengan más visibilidad por sus grupos de amistades.
    Cada vez veo más en Facebook algo que me enerva en demasía, y es precisamente que las propias seguidoras de algunas autoras, capitaneadas por estas, menosprecian y insultan a las demás solo por envidias, si se preocuparan de ofrecer calidad no tendrían que hacer cosas de este estilo, algo que conlleva que los lectores ajenos vean este sinsentido sin ninguna emoción positiva y califiquen a la romántica con términos que no merece. Y vuelta a empezar.
    Lo que está claro que lo que de verdad es bueno termina brillando con luz propia, pese a todo y a pesar de todos. Ese será el único consuelo que nos quede a los que de verdad amamos este género y lo defenderemos elegiendo buenas autoras y mejores historias.

  12. Hace tiempo esa misma autora publicó un post echando pestes sobre las novelas que copaban los primeros puestos en las listas de Amazon. A modo de ejemplo utilizó la sinopsis de una de las mías que, por cierto, aclaraba que no había leído. No me sorprende en absoluto que menosprecie la romántica en general con la clasificación que hace, de la que aparentemente solo se salvan las novelas del romanticismo. Personalmente, "rosa" me parece un término ridículo que no abarca ni de lejos todas las opciones que hay más allá del romance erótico. Y lo de pornográfico, a mi parecer, sobra. Otra cuestión es que se etiqueten como románticas novelas que deberían quedarse en eróticas, sin el "románticas" por delante. Y eso porque no existe (al menos en Amazon, que yo sepa) una categoría de "pornográficas", que también las hay, pero a mi parecer, de románticas tienen poco o nada.
    Se deja en el tintero tantos subgéneros, tantas novelas que no encajan en ninguna de las cuatro categorías que, realmente, poco más hay que decir.
    Cierto es que deberíamos exigir más mimo en aquello que se publica, ya sea de editorial o autoeditado: mejores portadas, mejores correcciones, mejores historias, mejores personajes y, en general, mayor calidad. Sin embargo, menospreciar e insultar lo que consideramos inferior, a veces incluso sin verdadero conocimiento de causa, ni nos hace mejores, ni ayuda al otro a mejorar.
    La Romántica ha evolucionado y seguirá evolucionando, dando a cada lector el tipo de historia que quiere y que necesita, ofreciendo cada vez más calidad y variedad, siempre y cuando todos, autores y lectores, nos preocupemos más de crear y avanzar que de poner zancadillas y destruir.

  13. Perseverar es lo único que nos queda, María Elena. Yo soy de las que piensa que el tiempo es el único capaz de ponerlo todo en su sitio, así que paciencia y a seguir trabajando para que opiniones como las de Mercedes sean cada vez menos.
    Muchas gracias por pasarte, un abrazo 🙂

  14. Hola, Lucía! Es como dices, que hablar de esa forma de la romántica tirando de tópicos antiguos y desfasados es mostrar un profundo desconocimiento del género y de su entorno.
    Somos muchas las que intentamos hacer las cosas en condiciones, así que lo único que podemos hacer es no rendirnos.
    Gracias por pasarte. Un besico.

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