Julia Ortega: Aunque tengo publicada una bilogía con mujeres como protagonistas, no me gusta etiquetar a mis historias como homoeróticas, porque sexo, lo que se dice sexo, hay más bien poco y más en la segunda que en la primera. Tampoco soy partidaria de explicar mucho, me gusta que el lector se sorprenda. Se acercan más a la romántica.
Manuel Tristante: Mucha gente se deja llevar por la portada, y sé de lo que hablo. Soy ilustrador y diseñador y el objetivo es que la portada venta. Hoy día es así. Las editoriales piden eso.
Paola: De tu portada me gustaría hablar en algún momento, Maiko, ¡porque han corrido ríos de tinta!
Maiko Pink: Hombre… la primera impresión llama mucho también. ¿Verdad, Paola? Criaturita mi niño… con lo bien puesto que lo tiene toh.
Fabián Vázquez: No es la primera portada sexy que veo; C. Santana puso a dos tíos a horcajadas en su portada enseñando el culo por delante y por detrás del libro. Una portada así es atrevida y seductora.
Maiko Pink: ¡Me encanta esa! Es verdad que una portada así llama la atención, porque la verdad… a mí me cansa un poquito que muuuuuuuuchas portadas sean todas iguales… del estilo 50 sombras y del estilo la trilogía de Megan Maxwell, que son bonitas, sí, pero cansa un poco siempre lo mismo.
Paola: Algunos dirían que se busca provocación.
Maiko Pink: Yo por mi parte, espero que mis portadas sean siempre llamativas, que si se ha liado con Amor Oculto, con la segunda parte, Amor Liberado, se va a liar más. Y a quién no le guste que se compre un mono y le quite los piojos, oye.
Fabián Vázquez: ¿Y qué hay de malo en la provocación? Es decir, ¿no es una novela erótica? Pues toca provocar… pero claro, es más fácil llevar la historia con unos marcarrones salpicando agua en el metro que un chulo medio desnudo en una cama o en una mesa de oficina.
Fabián Vázquez: No puedo contestar a eso, desconozco con todo mi pesar como va el mundillo de la romántica /erótica lésbica. No me ha llegado a mi editorial ningún manuscrito. Así que prefiero no opinar de lo que desconozco.
Mery Eirabella: En muchas de estas novelas (hablo de lo que yo he leído, no de todo lo que se publica) se perpetúa la imagen femenina en lugar de hablar de una relación de igualdad: tío con el que se identifica la autora que se convierte en la damisela en apuros, mientras el supermacho no solo se lo folla de vicio, sino que además es el dominante en plan machote hetero. Conozco a muchas tías que flipan con la erótica gay, incluso con la romántica o cualquier género que implique a dos tíos, pero jamás leerían una novela en la que la pareja estuviese formada por dos tías. Queda mucho camino por recorrer.
Julia Ortega: Es así porque se ve que hay mas lectoras y a estas les mola ver a dos tíos follando. Todo tiene que ver con los prejuicios que se mantienen en torno al colectivo. Y de hecho, hasta hace cuatro días, las lesbianas eran invisibles, era tal la aberración que ni siquiera se concebía que existiera amor entre mujeres. El tema es más delicado de lo que parece a simple vista y no todo el mundo lo trata con la naturalidad y el respeto que merece.
Paola: ¿Creéis que el componente del morbo ha influido para que grandes grupos editoriales estén empezando a publicar?
Julia Ortega: Uy, Fabián, eso no lo verán nuestros ojos ni los ojos de nuestros hijos. En España no.
Fabián Vázquez: De ahí mi frase de boom raro.
Julia Ortega: ¿Vosotros escribís homoerótica porque está de moda?
Fabián Vazquez: Yo porque me gusta escribir lo que hago. Soy gay y me sale así.
Mery Eirabella: Yo no sé si está de moda. Yo escribí mis novelas porque los personajes me gustaban, no sentí morbo por liar a dos tíos, ni era eso lo que realmente me interesaba. No pensé en si eran dos hombres, dos gatos o dos vacas, pensaba en personas, emociones, sentimientos. Lo demás a mí me importa un bledo.
Julia Ortega: Yo la primera la escribí en 2009 y ya os digo que no estaba de moda. Yo soy bi, pero aunque fuera hetero podría escribir igual del tema. Claro que habrá quién diga que si no eres del colectivo «no sabes de que hablas». Las mías, la primera sobre todo, está basada en experiencias personales, y sí, claro, te sientes más a gusto cuando dominas el tema.
Maiko Pink: Yo solo escribo lo que me gusta. ¿Moda? No sé… yo no he visto que esté muy de moda la verdad. Sí he visto que está más de moda el BDSM en novelas (que a veces no tienen ni ton ni son lo que escriben de ese tipo de relaciones, porque no se documentan bien, básicamente, y eso sí que es por una moda). Leer leo cualquier tipo de novela. Tanto me da que sean dos tíos, dos tías, un tío y una tía o transexuales o intersexuales. Me da igual. En lo que me fijo es en que no sea histórica, que es lo único que no me gusta ni leer ni escribir. Tan aceptable como a la gente que no le gusta las novelas en las que haya erótica. Mi novela, por ejemplo, no tiene vuelta de hoja. Ves la portada y sabes de lo que va el libro. Y no engaña. Para prueba un botón. Ha sido denunciada en unas 50 páginas de facebook. E incluso hubo problemas con facebook a la hora de publicar el booktrailer. Cerrados de mente, retrógrados… etc. Pero es que a mí me da igual. Es una historia de amor, entre dos personas que además son dos chicos porque a mí me encanta ver a dos chicos quererse. E iré por la calle, veré a dos chicos darse un beso y me quedaré como una tontita mirándolos. Veré a un chico y una chica… y ni me molestaré en mirarles (a no ser que el chico sera guapísimo, claro XD). Creo que cada cual debe escribir con lo que se sienta más a gusto. Sea cual sea el género de sus parejas.
Paola: La condición sexual de cada uno no debería influir en lo que se escribe.
Julia Ortega: Por supuesto, no necesitas ser médico para montar un drama que pase en un hospital. Aquí lo que pasa es que la gente no se moja. Que si leo homo van a pensar que soy gay/lesbiana, y si lo escribo, uff, ya ni te cuento… Que con esto todavía vamos de tapadillo, tanto lectores como autores.
Paola: Está claro que es un tema muy sensible de generar susceptibilidades, no es algo a lo que se atrevan muchos. A la hora de escribir, me refiero.
Fabián Vázquez: A mí no me genera ninguna.
Julia Ortega: Lo dicho: aún hay mucho cobardica suelto que no quiere que lo señalen con el dedo y lee estas cosas en el WC.
Paola: ¿Pensáis que la romántica homosexual es una manera de eliminar barreras?
Paola: En los últimos tiempos las relaciones entre hombres o entre mujeres son bastante asiduas en las series de tv, ¿pensáis que el hecho de que la sociedad cada vez esté más acostumbrada y se vea más natural ha hecho que se publiquen más novelas de esta temática?
Mery Eirabella: Las relaciones entre hombres o mujeres son muy asiduas en la tv por una cuestión simple: hay que llegar a ese público. No sé si tiene que ver con esto el hecho de que se publiquen más novelas de esta temática o no, pero lo cierto es que muchos autores se lanzan pensando que es muy fácil y no lo es. Han leído eso de la «fruncida roseta» (¡Dios, me mata!) y se ponen a tono. Hace poco me enviaron un correo en el que me pedían a mí (que no soy nadie) que les enseñase a escribir historias de esta temática. Cuando pregunté por qué, me dijeron que para ganar más dinero, que se vendía bien porque tal autora les había dicho que con este género se ganaba pasta. Mi respuesta fue que hablasen con gente que conociese algo sobre el tema, no con una mujer hetero que escribió estas novelas por casualidad. Honestamente, la gente es muy abierta de boquilla, pero a la hora de la verdad, no lo son tanto.
Mery Eirabella: Estaba diciendo justo lo mismo, Julia, ¡como si uno no pudiese salirse del patrón que le han marcado!
Julia Ortega: Tremendo, de hecho ahora escribo hetero y tengo más miedo que vergüenza, no sea que como escribí LGTB ahora ya nadie quiere leerme una historia hetero, jajaja.
Mery Eirabella: A mí me pasa lo mismo. Estoy con una historia hetero y ¡me da miedo! ¿Y habéis visto la forma en la que juzgan las novelas LGTB? Se basan exactamente en los mismos cánones que rigen la romántica tradicional.
Julia Ortega: A mí lo que realmente me revienta es que metan a los gays/lesbianas en las historias hetero como si fueran críos, subnormales o animales de compañía, en plan «Ay, qué mono queda un gay aquí, oye». Pero eso sí, en plan secundario, no sea que la gente piense que si lo meto como prota, soy homosexual o «me van esos rollos».
Mery Eirabella: Es verdad, o que hagan muy masculinas a las lesbianas y muy femeninos o demasiado machotes a los tíos. O que le pregunten si se inspira viendo mucho porno gay jajaja (que me ha pasado, me ha pasado). No sé, yo conozco a algunas lesbianas superfemeninas, ¿eh? Y a mucha hetero marimacho. Solo son etiquetas ridículas. Que en esta sociedad lo etiquetamos todo. De todos modos, las relaciones son lo que son y no creo que haya mucha diferencia entre una hetero y una homosexual. Eso intento mostrar yo en las novelas, pero ya sabes, «¡uy, personas del mismo sexo!¡Eso no lo leo!».
Paola: ¿Creéis que el cliché del personaje homosexual es peor en las novelas que los estereotipados hetero?
Julia Ortega: Pues sí, porque si la gente ya es cortita a la hora de crear a un personaje hetero, no te quiero contar la de prejuicios que meten cuando el personaje es homosexual, ¡no te quiero ni contar!
Mery Eirabella: Creo que todos caemos un poco en algún tipo de cliché, pero a veces lees cada cosa sobre personajes homosexuales que… en fin, te dan ganas de bajarte del mundo. Estoy con Julia totalmente. Lo de que «la gente es cortita a la hora de crear un personaje hetero» me ha matado jajajaja. Es lo que yo pienso exactamente.
Maiko Pink: Paola, yo creo que depende de lo que quieras contar en la historia y depende de cómo crees a tus personajes. No sé. Tampoco se puede meter a todo el mundo en el mismo saco. Igual hay escritor@s que no le dan importancia al hecho de tener un personaje homosexual en su novela. Quizá a drede o quizá sin querer. Pero vamos, lo dicho, yo creo que depende de cada uno de lo que quiera contar con la historia en sí.
Manuel Tristante: Yo no he conocido esa parte de que se trate diferente. Sí es cierto que hay más reticencia porque las lectoras de romántica, muchas, vienen de una época en que los hombres eran poco románticos y les parece extraño que un hombre pueda escribir y deleitar al público con pasión.
Mery Eirabella: No sé dentro de la romántica tradicional, pero en la romántica gay sí y es en beneficio de ellos, conste. O al menos esa fue mi experiencia cuando escribía con seudónimo y creían que era un chico (Christian Black), no sé si por la novedad o por qué, pero es curioso que las cosas cambiasen cuando supieron que soy una chica. De todos modos, supongo que tiene mucho que ver con el producto que ofrezcas, estoy segura de que dará igual si eres hombre o mujer mientras tus historias lleguen pero, como dice Manuel, perdura cierta reticencia por parte de las mujeres.
Muchísimas gracias a los cinco por colaborar conmigo en este debate, espero de todo corazón que os hayáis divertido. Y a vosotros, lectores, ¡os espero en los comentarios!
¡Hola! Me ha encantado la entrada. Lo cierto es que soy de las que, si hay romance y una buena trama de por medio, no me importa leer romántica con personajes gays. De hecho, yo misma he pensado en escribir algo de romance lésbico, pues no creo que sea algo muy diferente a las relaciones heterosexuales. Y me refiero a los sentimientos, porque todos los tenemos y da igual si tu pareja es del mismo sexo que tú o de diferente. Pero sí que hay gente que parece reticente a leer ese tipo de novelas, sobre todo en público. A mí me avergüenzan más ciertas portadas que la trama en sí. Tampoco es que la gente se fije mucho en eso, a no ser que sean como yo, que siempre quiero saber qué libro están leyendo al lado mía si veo que sacan uno jajaja.
Muy buena entrada, Paola. ¡Gracias!
Saludos <3
Yo reconozco que no he leído ninguna todavía de este género, aunque tengo en la cola de lecturas algunas de ellas. Todavía hay muchos prejuicios en la sociedad, así que es inevitable que en la literatura también los haya. Espero que esta entrada sirva para animar a la gente a leer también romance homosexual.
Muchas gracias por pasarte, Rocío!!
Un besazo.