5 consejos para evitar la procrastinación

Ponernos manos a la obra con tareas que nos resultan difíciles es el día a día de las escritoras. Bien porque estamos atascadas en alguna escena, no sabemos cómo seguir o, simplemente, estamos bloqueadas. Por eso, saber cómo evitar la procrastinación se hace fundamental para salir airosas en cada sesión de escritura.

1. Analiza por qué procrastinas

Todo lo que nos paraliza o nos desvía de nuestros objetivos tiene un motivo. Puede ser externo (distracciones) o internos (miedo al fracaso). ¿Te sientes identificada con alguna de estas situaciones?

  • La escena en la que estás trabajando es especialmente difícil porque es exigente a nivel emocional o la información que necesitas para documentarte no está accesible.
  • Has perdido la motivación porque la novela romántica que estás escribiendo no te llena o se está desviando de tu idea inicial y no sabes cómo reconducirla.
  • De repente te acuerdas de que tienes que sacar la ropa de la lavadora, hacer la compra u ordenar los armarios. Trabajar en casa tienes muchas ventajas, pero no siempre es fácil desvincular tu tiempo de trabajo de las obligaciones domésticas.
  • Tienes la moral por los suelos porque estás en una de esas épocas en las que el síndrome del impostor es el jefe.

Cualquiera que sea el motivo, es importante que lo identifiques para ponerle una solución y evitar la procrastinación cuando tengas que sentarte a escribir.

2. Adquiere hábito de escritura

Dicen que para adquirir un hábito tienes que repetirlo durante 21 días. Yo eso me lo creo a medias, la verdad. O será que no tengo la voluntad necesaria para incorporar nuevos hábitos a mi rutina (no echarme crema en la cara antes de acostarme no me quita el sueño, así que siempre se me olvida). En cualquier caso, sentarse todos los días a la misma hora en el mismo lugar a escribir un rato, el que sea: veinte, treinta o sesenta minutos, es esencial si quieres terminar esa novela con la que llevas pringada meses.

No hay que esperar a que la inspiración venga a tocarte con su varita mágica para sentarte a escribir, hay que intentar hacerlo a diario, no solo porque avanzarás en tu técnica y estilo una barbaridad, te salga una mierda o una obra de arte, sino porque no te sentirás oxidada. Créeme, retomar la escritura después de un parón largo hace que no te acuerdes ni de cómo usar las palabras. Lo sé porque me ha pasado.

3. Organízate

Yo hace tiempo que dejé la procrastinación fuera de mi vida gracias a un sistema de organización eficaz y sencillo de implementar y que me ha multiplicado las horas. Esto está muy relacionado con el punto anterior. Si quieres que la escritura sea una parte importante y prioritaria de tu vida, tendrás que hacer el esfuerzo de buscarle un hueco durante tu jornada.

Puede que tu vida sea muy ajetreada y que apenas tengas tiempo real, pero tendrás que sacrificarte. No queda más remedio. Es imposible llegar a todo, priorizar es superimportante y tenemos la costumbre, sobre todo, las mujeres, de anteponer las necesidades de los demás a las nuestras.

Busca un hueco para ti y para la escritura dentro de tu organigrama diario.

4. Evita las distracciones

Apaga los teléfonos, la tele y quita el wifi, evita cualquier cosa que perturbe tu concentración. Con lo difícil que es entrar en flow, que de repente suene una notificación, un correo o una llamada, es fastidiarte el momento.

Evitar mirar el móvil cuando la campanita suena requiere una enorme fuerza de voluntad y no sé tú, pero yo soy incapaz de no mirar el correo cuando me entra uno. Es algo en lo que estoy trabajando a nivel personal.

No puedo apagarlo por si me llaman del cole de mis hijos, pero sí puedo quitar internet para que no me entre ningún aviso de wasap, telegram, facebook, instagram y las millones de aplicaciones que solemos tener instaladas.

5. No busques la perfección

Tuvimos un debate a propósito de esto en mi cuenta de Instagram. A veces, queremos que las cosas nos salgan perfectas y hasta que no pasan nuestro altísimo nivel de exigencia no las damos por acabadas.

Error. La perfección no existe.

Seguro que esa frase podrías haberla escrito de otra forma, desarrollar más algún personaje, escenificar mejor las emociones… cualquier cosa que se te ocurra. Somos nuestras peores críticas y es complicado que nos quedemos satisfechas con la primera, segunda o tercera revisión que le demos al manuscrito.

En realidad, esa búsqueda de la perfección no es otra cosa que un miedo atroz a que nuestra novela se estrelle. Pero es normal sentirse así, sobre todo, cuando has puesto todo el corazón y el alma en las palabras. Es por eso que esta es una forma más de procrastinar y no afrontar lo que debes hacer, en este caso, darle a publicar.

¿Qué otros métodos conoces para evitar la procrastinación? Cuéntamelos.

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