Esta no es la primera entrada que escribo sobre escribir novela romántica y el manejo de redes ni de planes de acción, tampoco creo que sea la última. El artículo de hoy viene motivado porque el otro día hubo una persona en el grupo de El escritor emprendedor (Facebook) que aseguraba que vivir de escribir es imposible a no ser que seas famoso.
No estoy de acuerdo con esa afirmación.
Dedicarse a esto es muy difícil y desmoralizador, y es bastante frecuente que llegue un momento en el que quieres tirar la toalla. Muchos lo hacen.
El problema fundamental que veo es que nos rendimos muy pronto, sobre todo, en la constancia en redes sociales, en la que la mayoría de las escritoras solo se quejan o repiten por todas partes el manido «compra mi libro». Esto es como una pescadilla: si no hay constancia, no hay audiencia y no hay ventas ni lecturas; si no hay ventas ni lecturas, creemos que el esfuerzo en las redes es una pérdida de tiempo.
Reflexiona: ¿qué haces en las redes que tenga impacto real? ¿Con qué frecuencia publicas? ¿Sabes qué quieres conseguir con un determinado post?
Es muy importante saber con qué propósito haces cada cosa. De eso hablé en mi última news para suscriptores (la de este domingo va sobre productividad, ¡no te la pierdas!), de saber cuál es tu objetivo como escritora para poder diseñar un plan de acción. ¿Te casarías sin planificar tu boda? ¿O te irías de viaje sin hacer la maleta? No, ¿verdad? Entonces, ¿por qué te sientas a escribir, editar y publicar sin un plan previo?
Lo que pasa en estos casos es que te dejas llevar por la precipitación, reaccionas sin pensar, y tomas decisiones que repercuten negativamente en tu novela. He corregido manuscritos de autoras noveles que ni siquiera han empezado a crear una audiencia en sus redes sociales, lo que me parece un tremendo error porque cuando publiquen sus novelas no tendrán una comunidad alrededor que esté interesada en ellas. Y, créeme, construir una comunidad de lectoras no se hace en un mes ni dos; requiere tiempo, constancia y, por supuesto, un plan.
¿Estudias a tus seguidores?
Si no tienes un blog (o lo tienes abandonado), tu herramienta es Metricool. La versión gratuita es muy completa y te da mucha información del comportamiento de tus seguidores. También te dice cuáles de tus publicaciones tienen más repercusión, un buen dato a tener en cuenta para saber qué debes compartir y que no.
Al igual que en cualquier negocio (sí, escribir y ganar dinero también es un negocio, olvídate del artista bohemio que pierde su tiempo por amor al arte), saber a quién te vas a dirigir es fundamental. No puedes dirigirte a todas las lectoras de novela romántica, lo siento. Tienes que acotar. A una mujer de 20 años no le interesa lo mismo que a una de 40 y por tanto no puedes hablarles de los mismos temas.
Coge papel y lápiz y describe a esa lectora ideal a la que le estás hablando: edad, estado civil, ocupaciones, preocupaciones, aficiones… Con esa información a la vista, te resultará más fácil determinar qué temas pueden ser de su interés y más fácil será para ti buscarlos y compartirlos o incluso relacionarlos con situaciones que aparezcan en tus novelas.
¿Sabes dónde vas a publicar, qué y cuándo?
La pregunta del millón: ¿perfil de Facebook o fanpage? En MOLPE, Ana lo explica estupendamente, así que te invito a que te pases por allí.
Yo sigo aceptando solicitudes en mi perfil, pero lo tengo inactivo, principalmente, por dos motivos:
- no se puede programar
- la gran mayoría de la gente que tengo allí ni siquiera saben quién soy ni lo que hago, solo soy un número para engrosar su lista de amigos.
Leí en Twitter a una escritora anunciar que cerraba su fanpage porque no servía de nada, enseguida la secundaron varias escritoras que conozco porque no veían resultados ni sus publicaciones tenían alcance.
Facebook necesita dedicación y no me refiero a pasarte las horas comentando o procrastinando en vez de escribir, sino a publicar con periodicidad. ¿Sabes cuánto tiempo paso yo en Facebook a diario? Menos de 20 minutos. Sí, lo has leído bien. Tengo un maravilloso programador de redes sociales que ha aumentado mi productividad y ha disminuido la sensación de no poder estar en todas partes. Pierdo una tarde cada quince días y programo todas las publicaciones del tirón. Me despreocupo y solo entro para contestar comentarios y echar un vistazo rápido.
Buscar la interacción no es tan difícil si te paras un momento y haces una lluvia de ideas. Puedes hablar de un montón de cosas: de tus libros, firmas, eventos y presentaciones a las que vayas, reseñas y comentarios de tus lectoras, libros que has leído o que quieres leer, pide recomendaciones, comparte tus inquietudes escrituriles, implica a tus seguidores en el proceso de escritura contándoles qué estás escribiendo, qué te resulta más complicado, curiosidades que hayas descubierto mientras te documentabas, testea títulos, portadas o posibles protagonistas, comparte actividades personales que te apetezca de tu día a día…
Hazte una lista, selecciona los temas (personal, novelas, escribir, lecturas…) y ve rellenando los huecos en tu programador, agenda o lo que uses. Si quieres saber cómo lo hago yo, te invito a que te pases por mi cuenta de Instagram.
Si al principio no hay movimiento, no desesperes. El proceso orgánico es lento (sin pagar Facebook Ads), pero una vez que arranca va despacio, pero con buena letra. Ademas, no sé qué está pasando en los últimos días, pero no soy la única que ha notado un crecimiento en alcance y visibilidad.
La otra red social que debes trabajar si escribes novela romántica es Instagram, pero, por favor, no la uses para poner banners publicitarios de tu novela igual que en Facebook. Hay muy pocas escritoras de romántica que tengan un perfil bonito, pero porque no se toman el suficiente interés en hacer fotos decentes. Instagram es sobre todo una red visual, de inspiración, poner un montaje de esos publicitarios que hacemos todas no va atraer a las lectoras, más bien al contrario, las espantarás. ¿Por qué razón voy a seguir tu cuenta si no hay nada bonito ni interesante? No tienes que ser fotógrafo profesional, solo hay que tener cierto gusto estético y saber manejar alguna aplicación de edición, como Snapseed. Con cuatro herramientas, consigues un efecto estupendo.
Aquí también debes tener un plan. ¿Qué tipos de fotos vas a subir? ¿Con qué estilo, colores y filtros? ¿Qué historia va a acompañar cada una? Si estás muy perdida, echa un vistazo a las cuentas de Iris de Asomo, Alice Kellen, Anna Casanovas, María Martínez, Estefanía Yepes, Lucía Herrero o Inma Cerezo. Cada una tiene un estilo muy personal y se enfocan en temas diferentes (personal o lecturas, sobre todo), observa lo que hacen otras escritoras y piensa qué puedes hacer tú.
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Captura del perfil de María Martínez |
No me voy a repetir, ya hablé de Instagram para escritores de novela romántica en esta entrada.
Volveré a este tema porque me estoy encontrando con muchas escritoras que no le dan importancia y piensan que es una pérdida de tiempo, si eres una de ellas, espero convencerte de que, al menos, pruebes un par de meses. Merece la pena perder dos tardes planificando tu estrategia en redes sociales, a la larga lo agradecerás.